El linebacker de los Tampa Bay Buccaneers, Randy Gregory, ha presentado una demanda contra la NFL y su exequipo, los Denver Broncos, tras recibir multas que ascienden a $532,500 por el consumo de THC, el principal componente psicoactivo de la marihuana.
Gregory, quien anteriormente jugó para los Dallas Cowboys y Denver Broncos, argumenta que utilizaba Dronabinol, un cannabis sintético, bajo recomendación médica para tratar el trastorno de ansiedad social y el trastorno de estrés postraumático que padece. A pesar de solicitar una adaptación laboral a la NFL y a los Broncos para el uso de esta sustancia fuera del horario laboral, ambas entidades negaron su petición, citando la prohibición federal del THC.
La demanda presentada se ampara en la Ley Antidiscriminación del estado de Colorado, alegando que Gregory ha sido injustamente penalizado por su consumo medicinal de THC. “El Sr. Gregory ha pagado $532,500 en multas a la NFL por consumir THC para tratar sus discapacidades. Independientemente de una prueba positiva, se espera que el Sr. Gregory juegue partidos, asista a prácticas, sesiones de prensa y cumpla con sus responsabilidades laborales”, menciona la demanda, destacando que tanto la NFL como los Broncos se han beneficiado de su continuidad en el empleo a pesar de las sanciones impuestas.
Aunque la NFL ya no suspende a los jugadores por el consumo de marihuana, sigue siendo una sustancia prohibida, y los jugadores que den positivo en las pruebas están sujetos a multas. Gregory, de 32 años, fue seleccionado en la segunda ronda del Draft 2015 por los Dallas Cowboys, donde jugó hasta 2021. Luego se unió a los Broncos en 2022 y más tarde fue transferido a los San Francisco 49ers. En abril pasado, firmó con los Buccaneers para la temporada 2024.
Los problemas de Gregory con el consumo de sustancias se remontan a su etapa con los Cowboys. Fue suspendido 14 partidos en la temporada 2016 por violar la política de abuso de sustancias de la NFL, y por la misma razón se perdió toda la temporada 2017, dos juegos en 2018 y toda la temporada 2019 debido a múltiples infracciones.
Esta demanda pone de manifiesto la tensión continua entre las políticas de la NFL y las necesidades médicas de los jugadores, en un contexto donde el uso de marihuana medicinal sigue siendo un tema controvertido.
